Es habitual que cuando realizamos la compra de inmuebles ya esté instalado el timbre en el domicilio. En ocasiones no es de buena calidad o el sonido no nos agrada. (Si os soy sincero, a mi me ocurre exactamente esto último).
Si tienes el mismo problema, no dudes en aficionarte al bricolaje del hogar y lanzarte a cambiar el timbre por ti mismo. Realmente es una tarea muy sencilla y no requiere de complicaciones si sigues unos sencillos pasos. ¿Nos ponemos manos a la obra?
Cambia el timbre del domicilio: hazlo tú mismo
Una buena manera de mostrar nuestra personalidad en el domicilio es poner un timbre a nuestra medida. ¿Y qué mejor manera que realizar el cambio nosotros mismos? Seguro que después de colocarlo tenemos más visitas con la única intención de admirarlo.
Sin embargo, vayamos por partes:
– Lo primero que haremos es elegir el tipo de timbre que queremos colocar en nuestra casa. ¿Ya tienes alguna idea?
Los timbres tradicionales funcionan a través de la corriente eléctrica mientras que hay algunos muy modernos en el mercado actual que funcionan a través de pilas. Si permites un consejo, una vez que has decidido cambiarlo apuesta por los últimos ya que su cambio es mucho más sencillo.
– Una vez que tenemos las ideas claras sobre el tipo de elemento que vamos a colocar, procederemos a ponernos en marcha. Primero ponemos el pulsador, quitamos la tapa que habitualmente recubre y hacemos un par de agujeros a una altura aproximada de un metro. De esta manera, atornillaremos el pulsador al timbre. (La altura a la que lo coloques es decisión tuya, sé práctico). Finalmente, no olvides colocar la pila.
– ¿Sigue resultándote difícil cambiar el timbre de la puerta? Llegados a este momento, solo quedará instalar el timbre. Es realmente sencillo, buscaremos el lugar adecuado y lo atornillaremos de la misma manera que hemos hecho con el pulsador.
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