En ocasiones una pared puede representar un obstáculo, separación o distancia, pero hay otras en las que simboliza oportunidad, ilusión ante un nuevo proyecto. Una pared deteriorada es una invitación a algo nuevo, algo mejor. Si estamos inmersos en la compra de inmuebles lo más probable es que nos topemos con una pared así. Antes de pintarla en el tono elegido hay que prepararla bien, de modo que el pintado sea más fácil y su acabado homogéneo, impecable y con un resultado profesional.
Antes de pintar, reparar
En bricolaje del hogar la pared requiere una reparación previa para que esté lisa y uniforme, de manera que al aplicar la pintura quede como nueva, libre de imperfecciones tales como fisuras, pintura antigua levantada, agujeros o desconchados. Los materiales que precisamos son: masilla plástica, masilla de relleno, selladora al agua, fondo fijador, cinta de carrocero, rodillo de pelo medio, brocha, paletina, espátula, cubeta grande, lija, trapo y material para proteger el suelo.
Con la masilla plática rellenaremos las pequeñas fisuras y nivelaremos los desniveles, mientras que con la masilla de relleno repararemos huecos más profundos. Una vez que protejamos el suelo anexo, comprobaremos si el yeso está en buen estado, en cuyo caso se aplicará una selladora al agua. Si por el contrario es ‘yeso muerto’ precisará un fondo fijador. En el caso de encontrar grietas, las haremos más grandes con la espátula para que la masilla pueda penetrar mejor en la hendidura. Los desconchados se rascarán igualmente con la espátula para igualar la superficie y luego aplicar la masilla.
Un día más tarde
Las reparaciones han de secar al menos 24 horas para proseguir en aquellas partes que precisen más relleno. De esta manera, lograremos mejor adherencia de la masilla y mayor durabilidad. Ya casi estamos, solo nos quedará el lijado de las zonas reparadas para que estén lisas y uniformes, pasar un trapo y ¡a pintar!
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