Si en artículos anteriores os contábamos cómo se puede vender un piso en herencia entre hermanos, en esta ocasión hacemos hincapié en una situación más específica, más común de lo parece. En Immoagusta queremos que pierda sentido una de las expresiones que más utiliza la sociedad: que las herencias son un problema. Pongamos que has llegado a un acuerdo con uno de tus hermanos para vender la casa que habéis heredado y repartiros así, los beneficios. Sin embargo, antes de seguir adelante, deberéis aclarar la situación con un tercer hermano, que no está de acuerdo y no quiere vender. Sea por el motivo que sea, es una postura totalmente respetable. Pero entonces, ¿qué se puede hacer? ¿Significa que ya no se puede vender?. Estas son las vías que tenéis a vuestro alcance para solucionar este desacuerdo: Encontrar el acuerdo. Ante todo, hay que intentarlo porque será la mejor solución para todos, tanto a nivel personal como económico. Sin embargo, si no es posible, el escenario propone otras opciones. Si uno de los hermanos no está interesado en ser propietario y no quiere recibir la herencia, puede vender su parte a un tercero. La realidad es que hay pocos compradores interesados en algo tan específico pero eso no significa que se pueda descartar esta opción. La otra opción es la vía judicial, a través de la partición de la herencia y la posterior subasta pública del bien. Veamos qué pasos se siguen:

• La partición de la herencia: consiste en el reparto proporcional de los bienes (y las deudas) del difunto entre las personas que figuran en su testamento. Los herederos acuden al Juzgado de Primera Instancia y presentan varios documentos, desde los títulos de propiedad y el certificado de defunción del fallecido, hasta el certificado de últimas voluntades y el testamento )si lo hubiere). A continuación, el juez designa a un perito, que realiza el cuaderno particional con el reparto de los bienes.
• ¿Qué es exactamente el cuaderno particional? Se trata del documento donde se recopila toda la información. Además de los datos del fallecido y sus herederos, en él se recoge un inventario completo de los bienes y las deudas. También se registra la liquidación de la herencia, indicando el valor neto, después de restar el valor de las deudas al de los bienes. De la cifra resultante, se indica qué parte le corresponde a cada heredero.
• La subasta pública. Por último, una vez se tasa la vivienda, se procede a la subasta. Es un procedimiento abierto, que se da a conocer en el Boletín Oficial del Estado y que está regulado por el Ministerio de Economía y Hacienda, que ofrece un listado de inmuebles que se subastarán, la fecha de los actos y los requisitos que se exigen a las personas que quieran pujar para adquirirlos.

¿Por qué subastar el inmueble no nos parece la mejor opción? Porque, por lo general, se consigue un precio muy inferior al del mercado y no es lo más interesante para las partes. Eso sin tener en cuenta los gastos judiciales que se derivan.

Antes de tomar cualquier decisión, te aconsejamos que valores todos los caminos que tienes disponibles.

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