Por lo general trasladar nuestras pertenencias de una casa a otra puede ser una experiencia estresante e incluso costosa, en especial si el lugar al que nos mudaremos se encuentra lejos. La angustia se inicia ante la pregunta clave: ¿por dónde empiezo? Sin embargo, es posible evitar el caos tomando en cuenta algunos consejos sencillos.
 
Lo principal es sacar el máximo partido al espacio de la furgoneta. Estos son los tres pasos imprescindibles a la hora de guardar tus pertenencias en cajas:
 
En la casa vieja
– Antes de empaquetar, haz una limpieza. Regala o vende todo lo que ya no te gusta o no quieres llevar a tu nuevo hogar.
– Deja toda la ropa u objetos que no sean pesados dentro de los cajones y limítate a proteger los muebles: necesitarás muchas menos cajas y, una vez estés en la nueva vivienda, todo su contenido será más fácil de localizar.
– Guarda los artículos blandos como edredones, almohadas, peluches, etc. en bolsas de basura y utilízalas para llenar huecos libres en la furgoneta. De esta manera, se ahorra espacio y se protegen otros artículos y muebles. Identifica el contenido de cada una con etiquetas adhesivas y un rotulador permanente.
 
Antes de llegar a la nueva casa
– Si tienes pensado pintar o hacer reformas en tu nueva casa procura realizar estos trabajos antes de mudarte. Ahorrarás en tiempo y evitarás incomodidades.
– Infórmate antes de contratar los servicios para tu nuevo hogar. En función de dónde esté ubicada tu futura vivienda, habrá más o menos opciones de proveedores de servicios, como la línea de teléfono o Internet.
 
Una vez que te mudes
– Traslada tus plantas a la nueva casa. Si no te las puedes llevar, regálalas, pero conserva tus macetas favoritas, esto facilitará la selección de las nuevas plantas y también te ahorrará algo de dinero. Las plantas de interior limpian el aire, lo cual es ideal si has utilizado pinturas o has instalado suelos con compuestos volátiles.
– Identifica cuáles serán las nuevas adquisiciones que deberás hacer en tu casa y de qué  cosas te puedes deshacer.
– Liberar un poco tu agenda y dedicar un tiempo a este período de adaptación puede ser muy necesario, sobre todo para las familias con niños. Regálate al menos una semana o dos para recuperar el aliento.