Las comunidades de propietarios o de vecinos se rigen por relaciones jurídicas, personales y cívicas que muchas veces no funcionan adecuadamente y esto trae como consecuencia distintos problemas que se repiten una y otra vez en diferentes conjuntos residenciales. Las soluciones a estos inconvenientes requieren primero de entablar un diálogo entre sus habitantes y en última instancia se deberán resolver por vía judicial. A continuación describimos algunas de las dificultades más frecuentes y sugerimos algunas soluciones:
Seguridad
Los actos vandálicos y robos traen como consecuencia gastos imprevistos y disgustos para los propietarios. Una de las medidas más efectivas para reducir el riesgo de que estos hechos ocurran es invertir en cámaras de seguridad, especialmente en comunidades de grandes dimensiones y múltiples accesos. Además de ser excelentes para facilitar el monitoreo de la seguridad también sirven como estrategia de disuación.
Mantenimiento
Cualquier edificio o conjunto residencial debe invertir en el cuidado de su infraestructura. Por esta razón es fundamental ejecutar distintas inspecciones y sustituciones de forma regular dentro de un programa de mantenimiento general. La solución ideal es contratar los servicios de una compañía que ofrezca un adecuado plan de mantenimiento periódico y que registre todas las actuaciones a realizar en el edificio para inspecciones futuras.
Morosidad
La morosidad es sin duda el problema más común que existe en las comunidades y ocurre cuando algún vecino no cumple regularmente con los pagos que han sido pactados por todos. La comunidad de vecinos debe actuar a la brevedad posible para evitar el efecto de bola de nieve, lo que no siempre se consigue aún cuando se realice un seguimiento exhaustivo a la cobranza. La mejor forma de proceder es mediante una notificación amistosa al moroso y si no causa efecto, enviar una nota escrita. Si esta acción no resulta, los vecinos podrían acordar un procedimiento judicial para reclamar el pago de la deuda.
Ruidos
No solo nos irritan, sino que los ruidos continuos además pueden afectar la salud. En la mayoría de los casos son originados por la falta de civismo y educación de los residentes de la comunidad. Aprobar normas que todos deberán cumplir ayudará a recordar que no vivimos solos. Si de manera cordial no se resuelven los problemas se debe convocar una junta general de la comunidad de vecinos y adoptar medidas legales contra quienes no respetan los acuerdos de convivencia.
Otros conflictos comunes pueden ser problemas por reformas, obras en espacios comunes, filtraciones o disputas entre propietarios.
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