El Distrito 22@Barcelona es un ejemplo exitoso de una profunda renovación urbana para crear un área productiva, moderna y cuna de actividades sociales estratégicas. Está ubicado dentro del Eixample de la Ciudad Condal, específicamente en el Poblenou, barrio que era conocido como el Manchester catalán por ser una zona industrial repleta de naves industriales y fábricas.

Su origen se basó en la necesidad de crear un polo científico, tecnológico y cultural que situase a Barcelona como un referente de la innovación a nivel internacional siendo una iniciativa del Ayuntamiento de la ciudad. También apunta a ser hogar de empresas líderes y a favorecer la convivencia ciudadana en un territorio sostenible y acogedor.

En un artículo del ingeniero Ignacio Ortiz de Andrés, publicado en el diario El Mundo, donde consultó a la directora general de Aguirre Newman Barcelona, Anna Gener, y al licenciado en bellas artes y fotógrafo de arquitectura David Cardelús, se describe más concretamente la evolución inmobiliaria del distrito.

El 22@ abarca 200 hectáreas y 115 manzanas. Su edificabilidad se sitúa en cuatro millones de metros cuadrados, de los cuales el 80% se vincula a actividades productivas y el resto a otros usos, como equipamientos y viviendas. Tiene una planificación urbana flexible, pero equilibrada en la que los espacios se van adaptando a las circunstancias.

En su texto, Ortiz de Andrés explica que el desarrollo de este proyecto se articula a través de cinco sectores: tecnologías de la información y la comunicación, tecnologías médicas, energía y diseño.

Desde el año 2000 en adelante, se ha logrado el equilibrio en la diversidad del entorno, ya que coexisten en el distrito empresas innovadoras, centros de investigación, de formación y tecnológicos con comercios, viviendas y zonas verdes. En este sentido, Gener señala que “desde el punto de vista de la persona que trabaja en las oficinas, el transitar por ciudades integradas donde hay vida, escuelas, parques, les permite disfrutar de un espacio real y humano”.

Los involucrados en este ambicioso proyecto señalan que manejaron grandes expectativas para construir edificios a la vanguardia, con arquitectura de primer nivel, pero amigables con el medio ambiente.