Desterrado por fin el blanco y el blanco roto como color predominante a la hora de redecorar una casa, y desde que en el 2015 en el Salón del Mueble de Milán se impusiera el amarillo mostaza como color de moda ese año, se han sucedido los colores que combinan con ese tono de amarillo y han empezado a ganar protagonismo en vez de quedarse como unos segundones complementarios.
Si con el amarillo mostaza combinaban bien los tonos de grises, el negro, o el berenjena, no iba a ser menos el azul turquesa, un color que ha ido ganando en adeptos poco a poco y que en la mente de los decoradores ya es un color más de referencia en el que ofrecer un bonito sofá o las pantallas de una lámpara.
Pero el azul turquesa tiene más motivos para ser un color que debe de considerarse en tu casa, ya que es un color que transmite paz y relax, lo que lo vuelve ideal para pintar estancias como el salón o el dormitorio.
Si te parece no obstante que pintar una habitación en este color puede ser demasiado, no te apures, empieza por introducir elementos en las habitaciones que sean de ese color, y que combinen con los muebles, textiles y paredes existentes.
Una de las expresiones donde más suele manifestarse el uso de este color es en los tapizados. Un sofá tapizado en azul turquesa, combinará a la perfección con tus paredes grises, y le podrás poner algún cojín amarillo mostaza encima.
Este color además pertenece al denominado estilo tropical que tan de moda está estos años, y es perfecto para combinar con elementos como esculturas de cacatúas, piñas de cerámica de un solo color, o el color verde palmera.
Otro buen recurso, si no quieres pintar tu salón de este color, es que pintes tu habitación. Una habitación con los marcos de las ventanas y puertas pintadas en blanco, con cortinas mezcla de gris y otros tonos de azul, quedarán sublimes con las paredes pintadas en azul turquesa. Acompaña tus mesitas de noche con alguna lámpara de pie de cerámica azul celeste y pantallas blancas. Quedarán genial.