Una de las grandes novedades en el mercado inmobiliario español en los últimos tiempos ha sido el incremento del mercado de alquiler.

El porcentaje de personas que viven de alquiler en España ha subido un 13% de 2010 a 2017. Aún así, comparado con los datos europeos el porcentaje de ciudadanos que vive con contrato de arrendamiento es todavía bajo (23%) ya que en muchos países se supera ampliamente el 40%.

Los motivos para dicho cambio son muchos. Ya no se tiene la percepción de estar “tirando el dinero” y también influye el descenso de las posibilidades económicas de muchas personas y unas condiciones bancarias de financiación más exigentes.

Las personas que demandan alquiler se hallan entre 26 y 35 años normalmente y tienen a menudo contratos laborales precarios o salarios bajos. Vivir de alquiler es a menudo su única opción para acceder a una vivienda independiente de sus padres. Más de la mitad de los ciudadanos que alquilan tienen ingresos alrededor de 20.000€ anuales mientras que cuando se superan los 50.000€ la opción de compra es la que todavía prevalece.

Al aumentar la demanda también se han elevado las rentas mensuales que percibe el propietario alcanzando en muchas ciudades máximos históricos. En cualquier caso, los expertos señalan que se prevee una moderación en las subidas debido a que los salarios tienen un techo.

Aún así, según los últimos análisis de mercado la rentabilidad del mercado de alquiler alcanza ya el 8% bruto y alrededor del 5% neto en las grandes capitales. Los pisos mas demandados tienen alrededor de 70M2, con buena conexión por transporte público al centro, con escuelas públicas y supermercados cercanos.

Asimismo las zonas ideales para comprar un piso para alquilar ya no son las más céntricas por las recientes subidas de precios. Las coronas metropolitanas de las capitales son excelentes oportunidades de inversión por su menor coste, alta demanda al tener cerca el “target” de inquilinos, facilidad de comunicación y buena calidad de vida.

Una de las preocupaciones habituales de los propietarios es los posibles desperfectos en el piso causados por los inquilinos y las garantías de cobro. Estas cuestiones se resuelven  fácilmente con los seguros de alquiler y de hogar que tiene previstos los siniestros o la falta de pago de la renta mensual. Así alquilar un piso ya no comporta los problemas de antaño.

Ante los bajos rendimientos de los activos bancarios en este momento, adquirir un piso para alquilar es claramente una de las mejores opciones inversoras que se pueden acometer en este momento.

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