Habitualmente el primer paso antes de poner a la venta un inmueble de nuestra propiedad es intentar conocer su valor, el precio de mercado que esperamos obtener. Ello determinará nuestra decisión final de forma clave. Por tanto, es importante hacerlo correctamente y de forma profesional para que el resultado sea realista y acertado.
Para empezar hay que tener en cuenta los aspectos claves para una valoración: la ubicación, la superficie, el estado de conservación y la distribución de la vivienda. No menos importante son también la situación del mercado en la zona y las operaciones inmobiliarias cerradas en el área en cuestión e incluso las efectuadas en el mismo edificio en los últimos meses.
A continuación, es imprescindible revisar documentalmente la vivienda para comprobar su estado legal mediante la comprobación y cotejo de escritura de compra-venta, de la referencia catastral y de la nota simple del registro; así podremos basarnos en datos ciertos y corregir cualquier incorrección.
Por otro lado, el estado general del edificio es muy importante. Si se encuentra en buena condición o, por lo contrario, si presenta desperfectos, si estos son graves o leves, etcétera. Y especialmente importante es el hecho de haber superado -o no- recientemente la Inspección Técnica de Edificios (ITE) -que es como la ITV de los vehículos- que determina legalmente el estado real y las correcciones a efectuar en el edificio.
La ubicación es determinante. Está en una zona tranquila con acceso a transporte público, zonas verdes, comercios, colegios, etc.? Está en una zona con ambiente nocturno y ruidoso o degradado? Se halla en un enclave en una línea de mejora urbanística? Como son las vistas, despejadas y agradables? Quizás no? Se van a abrir equipamientos públicos nuevos? Todo influye en el valor de la vivienda y en el atractivo para el futuro comprador.
La superficie es importante pero no todos los m2 valen lo mismo. Pueden estar mal distribuidos -y por lo tanto, mal aprovechados- , o pueden estar completamente para reformar. O quizás todo lo contrario. Los m2 han de ser de calidad, bien distribuidos y utilizables para un mejor confort de la vivienda. La orientación es mucho mejor si es hacia el sur, si la luz natural penetra en gran parte de la vivienda. También influye los posibles ruidos, el aislamiento, la calidad constructiva y si dispone de ascensor.
Una vez determinado el valor inicial, debemos valorar el mercado. Hay que analizar la situación a la venta de otras viviendas de la zona similares: si hay movimiento inmobiliario o no lo hay, los periodos de venta, descensos de precios generalizados, etc. y en éste apartado, a continuación es clave analizar las ventas reales y escrituradas en la zona en los últimos meses a través de análisis profesionales para conocer de primera mano la realidad del mercado en tu área.
Todos estos datos nos darán un valor real y preciso que determinará el precio ideal para una efectiva comercialización.
En Immoaugusta somos expertos en valoraciones inmobiliarias y, con nuestras herramientas tecnológicas y de mercado, podemos ayudarle a valorar su vivienda de la forma más profesional si desea ponerla a la venta.
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