¿Cómo serán las ciudades del futuro? ¿Cómo integrarán las novedades tecnológicas? Se vislumbran ya grandes cambios en marcha: serán más tecnológicas, más conectadas, más limpias y con mejor movilidad pero no cambiarán mucho su apariencia actual. Esta es nuestra visión de las ciudades futuras:

Con mucha mejor movilidad.

La tendencia natural será a la desaparición de los vehículos de cuatro ruedas con motores contaminantes, diciendo adiós a los ruidos a todas horas. Los coches sin conductor llevarán a los ciudadanos a su trabajo con seguridad y sin accidentes. Los viajes serán compartidos entre conocidos o desconocidos, por lo que la frontera entre transporte privado y público desaparecerá gradualmente, siendo no tan evidente como ahora.  También surgirán nuevos medios de transporte aéreos como los drones teledirigidos para transportar mercancías y personas de punto a punto así como coches híbridos con despegue vertical y cuatro ruedas para una movilidad sin límites.

Impulso a los medios de transporte limpios.

Cada vez habrá más carriles para todo tipo de vehículos limpios no motorizados como bicicletas, patinetes y los que puedan llegar. Está por ver si todo esto hace descender el número de coches en las calles ante el auge del coche autónomo. Pero la presión municipal es que así sea y podríamos ver la desaparición de los coches de muchos centros de las ciudades.

Nuevos espacios ciudadanos.

La desaparición de los coches privados traerá consigo una liberación de espacios de aparcamiento, despejando miles de m2 que se podrán destinar a otros usos ciudadanos. Se podrá crear todo aquello que la demanda social reclame: jardines nuevos, bibliotecas, zonas de recreo y estudio…

Flexibilidad urbana.

Los espacios tendrán varios usos a lo largo del día. Las nuevas tecnologías permitirán que un espacio pueda ser un aparcamiento durante la mañana y una cancha deportiva por la tarde. Y quién sabe si incluso un teatro por la noche.

Menos comercios pero con mejores experiencias.

El auge del comercio electrónico provocará el cierre de aquellos comercios que son simples almacenes y que no aportan valor añadido al cliente. Pero aquellas empresas que proporcionen verdaderas experiencias de compra tendrán más éxito, más demanda.   Sobre todo en los centros de las ciudades importantes. Los locales de calle vacíos se utilizarán para facilitar el «co working» y otras actividades vecinales.

Edificios cada vez más altos.

La tecnología lo permite y el precio del suelo es muy alto en las grandes ciudades. Por tanto la tendencia será construir torres más altas con accesos diversos en cada planta por plataformas, pasarelas y drones.  No habrá una única puerta de acceso a nivel de la calle. Se podrá entrar en el edificio por casi cualquier planta.

Viviendas cada vez más pequeñas.

Los mini pisos se impondrán debido a la atomización de la demanda y la reducción de la célula familiar a 1 miembro en muchos casos. Veremos pisos por debajo de los 30m2 en los centros de las ciudades con su ahorro en contaminación al evitarse el «commuting» diario de muchas personas.

Datos, datos, datos.

Cada vez estaremos más monitorizados con sensores y cámaras de todo tipo que nos realizarán un seguimiento en todo momento. Ello servirá para proporcionar datos de nuestros movimientos, compras, hábitos y movilidad que afectará a la publicidad personalizada que recibiremos y, en teoría, el control mayor de la delincuencia. También debe fomentar nuestra participación democrática en la toma de decisiones y en la implicación ciudadana en los cambios y creación de tendencias urbanas.

Mayor limpieza ambiental y ecología.

Se podrá reciclar mejor y en mayor medida. Se podrá purificar el aire, reducir la contaminación y reciclar  el agua con mayor facilidad. Habrán más jardines e incluso bosques urbanos. Se podrá controlar la humedad, reducir los deshechos y potenciar la ecología. El 70 % de las personas viviremos en ciudades bien pronto por lo que estas medidas ecológicas son de auténtica necesidad vital para el futuro del planeta.

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