Si eres inversor, este artículo te interesa.
Hyatt, Four Seasons, Radisson, Intercontinental, Secrets… Las grandes multinacionales hoteleras internacionales quieren ubicarse en Barcelona a pesar de que la puesta en marcha de nuevos proyectos está bloqueada por la moratoria del Ayuntamiento en gran parte de la ciudad.
La alternativa es a menudo la adquisición de hoteles, también complicada por la rentabilidad del sector, en el que aparecen pocas oportunidades.
Según informa La Vanguardia, ante la situación de stand by y tras parar varios proyectos en marcha –una treintena de establecimientos, entre ellos un Hyatt y un Four Seasons–, las enseñas internacionales buscan opciones diferente firmando operaciones con hoteleros locales, sobre todo franquicias y acuerdos de comercialización.
“A pesar de que el 2018 ha sido un año con momentos complicados para el sector, todas las marcas hoteleras internacionales quieren estar en Barcelona porque se lo demandan sus clientes; hay un interés muy alto”, explica Albert Grau, socio codirector de Cushman & Wakefield Hospitality para España.
Por parte del hotelero local, “el sector se encuentra en un momento de maduración y necesita posicionarse mejor a escala internacional para captar clientes de mayor poder adquisitivo, y eso es más fácil si se hace de la mano de las grandes marcas”, argumenta Grau.
Varias empresas hoteleras internacionales han utilizado la opción de acuerdos puntuales con hoteles de Barcelona, normalmente con contratos de franquicia o comercialización y reservándose la gestión. Es el caso de operaciones como la del grupo Nobu con el Torre Catalunya o Hyatt con el Sofía, ambos del grupo Selenta, propiedad de Jordi Mestre. Así como el grupo Hilton, que llegó a un acuerdo para establecer su marca Curio con el hotel Alexandra, de las familias Julià y Borrell. En los próximos meses, la marca Kimpton del grupo IHG, también abrirá hotel en Barcelona, en este caso de la mano de un inversor local, el grupo Casacuberta.
En la mayoría de estos acuerdos, el propietario o gestor local retiene el control del hotel y el hotelero internacional cede su marca y “know how” a cambio de un acuerdo de franquicia o comercialización. “Las cadenas internacionales son imbatibles captando clientes y tienen una amplia presencia en los principales mercados”, resume Grau. “Además, asociarse con una marca internacional permite a los hoteleros aumentar el posicionamiento y subir el nivel de tarifas”.
Una política necesaria después de que el sector barcelonés haya visto caer tanto la ocupación (del 77,1% al 76,4%) como la tarifa media (de 142,40 a 137,80 euros) durante el 2018. Según el último informe de rentabilidad de Magma HC –ahora Cushman & Wakefield Hospitality– “en la capital catalana se han visto especialmente afectados el segmento de lujo y el de las clases de gama alta, con caídas conjuntas de la rentabilidad de entre el 5% y el 10% según la categoría”.
Esta semana el grupo hotelero Hesperia anunció un acuerdo de franquicia con la cadena estadounidense Hyatt, un acuerdo según el cual el hotel Barcelona Tower pasará a trabajar bajo la marca Hyatt Regency. Según explica Jordi Ferrer, consejero delegado del grupo hotelero, “el acuerdo cambiará el mix del cliente internacional del hotel, ya que tenemos poca presencia de clientes de mercados no europeos”, que cuenta con uno de los centros de convenciones hoteleros más grandes de Europa. “Con Hyatt crecerá el mercado de EE.UU., el mercado de Latinoamérica y también Asia, porque la enseña hotelera tiene mucha presencia en estos mercados y Barcelona es un destino atractivo”, afirma.
Barcelona aumenta su atractivo como uno de las entornos europeos más importantes para el establecimiento y desarrollo de proyectos empresariales de todo tipo. Todos ellos valoran el dinamismo económico de Barcelona, su capacidad de atraer talento, la alta formación de sus profesionales y la excelente calidad de vida de la capital catalana.
Barcelona es, sin duda, en este momento el lugar ideal para invertir en Europa, también en el sector inmobiliario.
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