Superando a otros aspirantes de gran nivel, Barcelona acogerá a la comunidad de innovación en movilidad urbana convirtiéndose así en el centro europeo de este ámbito. Las instalaciones provisionales serán en la rehabilitada fábrica Ca l’Alier en el barrio de Sant Martí de Provençals – El Poble Nou e integrada dentro del distrito 22@ que concentra empresas de alto valor tecnológico en Barcelona.
Se trata sin duda de una excelente noticia para Barcelona, una de las mejores de los últimos tiempos. El European Institute of Innovation and Technology (EIT) ha designado al consorcio MOBILus, liderado por la capital catalana, para que sea el encargado de poner en marcha una de sus comunidades de innovación ( knowledge & innovation community, KIC), en concreto la que se centrará en la movilidad urbana.
Este es el resultado de un trabajo llevado a cabo con la máxima discreción para conseguir que el pasado miércoles el instituto europeo que reside en Budapest (y no desea facilitar los nombres de los otros competidores) se decidiera por la propuesta presentada por esta plataforma en la que, además de Barcelona, están integradas otras doce ciudades, 17 empresas y 18 centros universitarios y centros de investigación.
Barcelona, donde se situará el cuartel general de este nuevo KIC y controlará la iniciativa, aporta a esta aventura no sólo la experiencia y el liderazgo de la ciudad y su Ayuntamiento, sino también el excelente trabajo realizado por la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) y por la firma automovilística Seat. El otro socio español es el Centro de Tecnología de la Automoción de Galicia (CTAG).
Esta decisión comportará la inversión por parte de la Unión Europea de hasta 400 millones de euros en 7 años, y los socios del proyecto aportarán 1.200 más.
Esta elección fue la etapa final de un proceso que se ha llevado a cabo con la absoluta confidencialidad que exige el EIT, que la capital catalana comenzó a potenciar hace casi tres años y se aceleró cuando Barcelona no consiguió obtener la sede de la Agencia Europea del Medicamento. En ese momento un equipo coordinado por Lluís Gómez, y en el que también han tenido un papel destacado el área de Movilidad, dirigida por su Gerente Manuel Valdés, el Instituto Municipal de Informática y la experiencia de la UPC, fue potenciando un proyecto que se ha podido definir a partir de alianzas con socios muy potentes. Entre estos, capitales de prestigio como Ámsterdam, Tel Aviv, Estambul, Milán o las capitales escandinavas; centros de investigación y centros universitarios de alto nivel.
También se ha implicado a fondo corporaciones empresariales de mucha importancia en el ámbito de la automoción, la movilidad y la tecnología aplicada a este sector como Seat, BMW, Siemens, Oracle, Amadeus, Škoda o Volkswagen, por mencionar sólo algunos de los componentes de este equipo ganador.
El propósito del EIT con las comunidades de innovación es impulsar el sistema de emprendedores con un objetivo que no es menor: que Europa pueda competir directamente con superpotencias como Estados Unidos o China en materia de soluciones tecnológicas a las dificultades futuras planteadas en áreas como la sanidad, la energía o, en el caso que ocupa a Barcelona, la movilidad urbana.
Para impulsar un conjunto de proyectos ajustados al cambio de modelo de la movilidad urbana –que protagonizará en los próximos años una auténtica revolución que ya empieza a vislumbrarse – esta comunidad de innovación podrá disponer a partir del 2019 y durante siete años –prorrogables otros siete– de una financiación calculada en 1.600 millones de euros. La Unión Europea contribuirá con un 25% de esta financiación a través del EIT. El resto provendrá de los socios (ciudades, empresas y universidades) que participan en el proyecto. Esta entidad supranacional de la movilidad urbana tendrá su sede en Barcelona y cinco subsedes o hubs de innovación en Copenhague, Praga, Munich, Barcelona y la pequeña holandesa de Helmond.
La iniciativa echa ya a andar el año que viene y los primeros resultados se esperan para el 2020.
Iniciativas de este tipo contribuyen a potenciar sin duda el atractivo de Barcelona como una de las mejores ciudades europeas para residir, trabajar e invertir en cualquier sector económico, incluido el inmobiliario. Es indudable que Barcelona atrae cada vez más personas y empresas por se excelente calidad de vida, su dinamismo empresarial y el ser considerada como una ciudad “business friendly” que se une a un clima envidiable y un alto nivel cultural, gastronómico y social.
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