Para que cualquier operación inmobiliaria sea plenamente legal y ofrezca todas las garantías jurídicas a vendedor y comprador, debe elevarse a público mediante la escritura notarial.
Este es el momento culminante de la operación, donde el notario revisará todos los pasos realizados, se asegurará de que cumplen con la legalidad y procederá a formalizar la escritura correspondiente.
Pero, ¿qué es realmente la escritura notarial y para qué sirve?
Tal como nos informa Fotocasa, vamos a repasar algunos aspectos legales y procedimentales que nos ayudarán a conocer la utilidad de la escritura notarial, cómo prepararla con anticipación y qué documentos necesitaremos para formalizarla correctamente.
Las escrituras de una vivienda son el documento legal que acredita la titularidad de una propiedad. Su función principal es dotar de seguridad jurídica frente a terceros respecto a los derechos y obligaciones derivados de ser titular de dicha propiedad. Este documento, para que sea válido, debe contar con la firma de todas las partes implicadas y con la firma del notario, quién dará fe pública del mismo.
Una vez que la vivienda se escriturada ante notario, debe inscribirse en el Registro de la Propiedad para que conste oficialmente y sea de conocimiento público. Esta inscripción es fundamental para dotar de plena legalidad a la operación.
Realizar una compraventa inmobiliaria sin escritura notarial es posible, pero absolutamente desaconsejable, ya que, aunque no es ilegal, se pierde toda posibilidad de protección legal y seguridad jurídica frente a terceros. Adquirir una propiedad sin escriturar no ofrece ninguna garantía, y la única forma de resolver conflictos será recurrir a los tribunales.
Además, sin una escritura notarial, no podrás inscribir la propiedad en el Registro, lo que impedirá reflejar el cambio de titularidad tras la compraventa.
¿Cuáles son los 3 pasos legales necesarios para escriturar?
Existen 3 etapas clave en el proceso de escrituración de una vivienda: la preparación de los documentos, la realización de la escritura y el pago de los costes correspondientes.
1. Preparación de los documentos ante el Notario
En este primer paso, el Notario o un oficial con experiencia de su despacho revisará la solicitud de compraventa y la analizará en detalle. Podrá comprobar no solo la titularidad de la vivienda a través de la Nota Registral, sino también si está sujeta a alguna carga o servidumbre y si está al día en el pago del IBI municipal. Si toda la documentación está en orden, el notario procederá a preparar la escritura pública.
Documentos necesarios para la escritura:
- Cédula de Habitabilidad
- Certificado Energético
- Nota Registral de la vivienda
- Certificado de no tener deudas con la Comunidad
- Certificado de saldo pendiente o de saldo cero de la hipoteca (si aplica)
- Comprobantes de los pagos realizados previamente
- Escrituras originales de la compra
- Cualquier otro documento legal que la operación precise
2. La certificación de la escritura
En esta etapa, el Notario realiza una copia certificada de la escritura ante las partes implicadas, verificando sus firmas e identidades. Además, se adjuntan copias de todos los documentos legales aportados, así como los medios de pago utilizados en la operación.
El comprador puede solicitar al notario la inscripción de la compraventa en el Registro para que se efectúe el cambio de titularidad correspondiente.
3. Abonar los costes correspondientes
Toda operación inmobiliaria genera una serie de costes, como los honorarios del notario y las tasas del Registro de la Propiedad. En general:
- La parte compradora asume los costos de la inscripción en el Registro.
- La parte vendedora debe asumir los costos de la escritura notarial y, si corresponde, la cancelación registral de la hipoteca.
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