Si hay algo que puede determinar tu estado de ánimo, es la atmósfera que generen tus espacios. Así que, aunque tu decoración se incline hacia un estilo minimalista, que haga uso de los colores grisáceos, el negro o el blanco, procura otorgar siempre toques de calidez a tu estancia. Una casa de tonalidades opacas puede dar la sensación de que habitas en un refrigerador. Entonces, llena de vida tu hogar y no dejes que la oscuridad gane la partida.
 
La entrada de luz
Cuando se habla de calidez en el hogar, inevitablemente se tiene que tomar en cuenta la iluminación. Así que despeja los espacios de tus ventanas, procura no utilizar cortinas o persianas que filtren los rayos lumínicos, a menos que necesites proteger tu mobiliario del impacto del sol. Si la luz natural no es suficiente, también puedes respaldarte en el apoyo de las luces artificiales, utiliza luz blanca y lámparas que proyecten la claridad.
Los colores son vitales
La tonalidad que utilices tanto en las paredes como en tus muebles será fundamental para dotar de calidez tus espacios. Cuando selecciones la paleta de colores que lucirá tu casa, fundamenta tus decisiones en los preceptos de la psicología del color. Los colores vivos en algunos elementos del mobiliario o en paredes puntuales, pueden revitalizar increíblemente la ambientación de tu hogar. Pero no hagas de tu espacio un carnaval, equilibra la luminosidad de los claros con un toque de opacidad y genera el contraste perfecto.
Haz uso de los elementos decorativos
La luz y los colores no son los únicos elementos que pueden dar luminosidad a tu casa, los ornamentos que utilices también tienen una importancia fundamental. Utilizar adornos naturales como plantas o flores siempre será una opción interesante, esto otorgará calidez, pero sin llegar a la estridencia. No descartes la instalación de una chimenea, esta otorgará un ambiente de confort inigualable, e iluminará tus espacios al tiempo que fomenta un ambiente íntimo, familiar.