¿Qué tipo de hipoteca me conviene más? ¿con interés fijo o variable?
Esta es una de las dudas más importantes cuando deseamos adquirir una vivienda con hipoteca: decidir cuál nos conviene más.
No hay una única respuesta sino que, como en tantas cosas en la vida, depende de muchos factores. En el caso de las hipotecas dependerá de nuestro perfil de cliente, nuestra solvencia, nuestros ingresos futuros y también los planes que tengamos para la vivienda a adquirir (residir o alquilar).
Veamos las ventajas e inconvenientes de cada tipo de hipoteca:
Pros de las hipotecas fijas
Está diseñada para consumidores que no desean riesgo y para aquellos que pueden afrontar una cuota más elevada pero que no quieren cambios a lo largo de la vida de la misma. Sus principales ventajas:
- Cuotas que no varían
Las cuotas mensuales son siempre las mismas, por lo que podremos saber cuánto pagaremos mes a mes incluso previamente a la firma de nuestro contrato. Y es que el interés de estos productos no está vinculado a ningún índice de referencia, por lo que no cambiará en función de las variaciones del Euribor u otras tasas. Controlaremos mejor nuestros gastos.
- Mayor seguridad
Las cuotas no serán más elevadas si el Euribor sube. Ahora mismo, este índice está bajo cero, pero es imposible saber si continuará así por mucho tiempo. En caso de que suba dentro de unos años, con el tipo fijo estaríamos totalmente protegidos.
- Condiciones cada vez más asequibles
Actualmente el mercado hay hipotecas fijas por debajo del 2% y también del 1,5% si nos decidimos por plazos más cortos. Además, aunque el plazo estándar suele ser de 25 años, muchos bancos lo prolongan hasta los 30, por lo que conseguiremos cuotas más asequibles.
Desventajas de las hipotecas a tipo fijo
- A corto plazo las cuotas son más elevadas
Las hipotecas fijas suelen tener plazos más cortos e intereses más altos, por lo que la cuota también suele ser más elevada que la de una hipoteca variable, motivo por el que nuestro sueldo tiene que ser mayor para poder afrontar los pagos mensuales sin poner en dificultad nuestra economía.
- Penalizan más el cambio
Estas hipotecas a veces comportan una comisión por amortización anticipada que puede llegar hasta el 2% de la cantidad devuelta (1,5% si se produce el reembolso pasados los primeros diez años del plazo). Eso sí, cabe indicar que esta compensación solo se puede aplicar si la entidad bancaria demuestra que con nuestra operación tiene una pérdida financiera respecto a lo que había previsto ganar.
- Mayor comisión de apertura
En líneas generales, las hipotecas a interés fijo tienen una comisión de apertura más alta que las variables.
Pros de las hipotecas variables
- A corto plazo son más económicas
Estos productos tienen intereses más bajos en este momento, ya que el índice de referencia que suele ser el Euribor, está en negativo. Además, algunos bancos proponen diferenciales muy bajos (por debajo del 1%) y plazos largos que hacen que la cuota mensual sea asequible. De hecho, en muchas ciudades es más baja la cuota de una hipoteca que un alquiler.
- Los plazos de amortización suelen ser más largos
Aunque la mayoría de los bancos ofrecen plazos de 30 años para una primera vivienda y de 20 para una segunda, en el mercado actual es posible contratar hipotecas a tipo variable con plazos de hasta 40 años. Eso sí, aunque prolongando el plazo lograremos pagar cuotas más bajas pero a la larga pagaremos más intereses.
- En general, menos comisiones
A diferencia de las fijas, las hipotecas fijas comportan menos comisiones y, en caso de tenerlas, suelen ser más baratas. También cabe señalar que existen varios bancos que ofrecen esta clase de hipotecas sin ningún tipo de comisiones, en particular los que operan exclusivamente online.
- Contras de las hipotecas con interés variable
En este momento, una hipoteca a interés variable es muy atractiva por los tipos bajos, pero también hay algunos temas negativos que deberemos considerar en cuenta antes de contratar estos productos:
- Las cuotas pueden variar
Dado que una parte del interés está indexado a un índice de referencia externo (suele ser el euríbor), la cuota cambiará en cada revisión, es decir cada seis o doce meses habitualmente. De este modo, lo que paguemos dependerá de las variaciones de un índice sobre el que no tenemos ningún control y que podría causar que nuestra hipoteca subiera mucho, como ya pasó durante la crisis.
- Peligro de que sean más altas a lo largo
Si el Euribor se elevara mucho en el futuro, las cuotas de estas hipotecas se encarecerían notablemente. Eso podría generar que pagáramos más que con un interés fijo y pudiendo causar problemas para afrontar las cuotas mensuales del préstamo.
- Mensualidades más altas el primer año
La gran mayoría de estas hipotecas tienen un tipo fijo inicial más alto, es decir, un interés constante que se aplica durante los primeros 12 o 24 meses. Pasado ese tiempo, el interés sí pasa a estar referenciado al Euribor.
Entonces, ¿es mejor una hipoteca variable o fija?
Elegir entre una hipoteca variable o fija no es nada fácil, sobre todo ahora que el Euribor vuelve a subir poco a poco y que los préstamos hipotecarios fijos están más baratos que nunca. El plazo máximo tampoco será determinante, ya que actualmente es fácil encontrar una hipoteca fija o variable a 30 años, aunque si queremos prolongarlo más, deberemos ligarnos al Euribor.
Debemos considerar nuestros ingresos y la cuota que pagaremos, buscar un equilibrio entre la mensualidad y el plazo y ver si podríamos asumir una posible subida del índice de referencia si finalmente optamos por la variable.
En Immoaugusta podemos ayudarte a encontrar la casa que deseas y también como financiarla. Te ayudaremos a encontrar la mejor opción hipotecaria del mercado y que se adapte a tus necesidades y capacidad de pago.
Immoaugusta | Serveis Immobiliaris de confiança
Tel 648 255 943 | info@immoaugusta.com
0 Comments