El hambre agudiza el ingenio. También en el sector inmobiliario. Ante las dificultades del mercado, los agentes de la propiedad inmobiliaria han cambiado su mensaje y han adaptado el lenguaje de las ventas inmobiliarias a los nuevos tiempos. Desde hace unos años, las ventas de pisos usan un léxico más cercano, dejando de lado los tópicos de antaño. La estrategia pasa por dirigirse al cliente como un amigo, más que como un usuario. Ya no se habla de ofertas, sino de oportunidades.
Del trato de usted a la cercanía
Hasta hace pocos años, el agente inmobiliario y el cliente compartían el código de la seriedad y el formalismo. Si había que vender un piso, el trato se regía por la educación y la coletilla “usted debe saber que…” La irrupción de las redes sociales y las plataformas digitales han cultivado la cercanía, de forma que se ha asimilado el compadreo al interés y a la personalización de las ofertas… o mejor dicho oportunidades para el cliente.Ese trato personalizado y cercano en el uso del lenguaje de las ventas inmobiliarias se debe fomentar en función de los intereses de las empresas. En determinadas ocasiones, ante algunos mercados o clientes a un agente de la propiedad inmobiliaria le conviene ofrecer una imagen de seriedad y formalismo.
Las metáforas para vender
Pese a los cambios del lenguaje de las ventas inmobiliarias, todavía se mantienen algunas metáforas que son casi recursos literarios para hacer más atractiva la oferta o hablando con precisión, la oportunidad o chollo. Analicemos algunas de éstas:
- Interior luminoso. Detrás de esta aparente contradicción se esconde una vivienda romántica apta para la reflexión y los espíritus introvertidos. A veces, los deseos topan con la realidad y al visitar el inmueble comprobamos que simplemente no tiene ventanas.
- Piso amueblado. Normalmente, esta etiqueta responde a un piso con una decoración recargada y de estilo ‘vintage o incluso ‘rococó’. Nos encontramos ante la típica vivienda en la que a su propietario no se atreve a tirar a la basura ningún objeto. Un complemento en esta categoría sería el inmueble en que la decoración excesiva suple las deficiencias estructurales del edificio.
- Ideal parejas. Uno de los clásicos de esta sección. La calificación es correcta, siempre que vaya acompañada de parejas con una relación consolidada. Al final, un piso de ideal parejas sirve como prueba de fuego auténtica de la salud de la relación y no os dejéis engañar, el precio del alquiler, aunque tenga 30 metros cuadrados, solo lo pueden afrontar dos sueldos.
- Mejor verlo. Os intentan vender un piso, pero no os enseñan la fotografía en la web o portal. ¿No sospecháis? ¿Verdad que sí? Son operaciones en las que el propietario del inmueble confía en que un golpe de suerte le permita desprenderse del inmueble en un abrir y cerrar de ojos, cuando otros tardan años.
Estas metáforas pretenden ofrecer un poco de humor a una tarea muy complicada hoy en día. Sirven también para aconsejaros que si en alguna ocasión tenéis la necesidad de vender un piso, os pongáis en manos de profesionales que os puedan ayudar.
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