Las hipotecas dependen mucho de quien la solicite y quien la otorgue, sin embargo, hay ciertas condiciones que debemos tomar en cuenta a la hora de una hipoteca ideal y sólida que nos funcione y nos haga sentir cómodos a la hora de comprometernos durante un largo tiempo.
Financiación
Mientras mayor cantidad del valor de la casa solicitemos para al banco por la hipoteca, mayor será el nivel de la deuda, por lo que la financiación ideal es la de menor cantidad posible. Los préstamos a largo plazo de interés variable añaden también el riesgo de las subidas de tipo de interés. Si se cuenta con un porcentaje de liquidez que genere seguridad y con un empleo estable, lo recomendable es endeudarse lo menos posible.
Plazos
Mientras mayor el plazo, mayor la tasa de interés y el tiempo que pasamos endeudados. El período más razonable va entre los 20 y los 25 años, ya que ofrece cuotas accesibles y un nivel de interés favorable. Después de los 25 años el préstamo es mucho más sensible a las variaciones del tipo de interés y las rebajas no compensan el número de años que dura el pago.
Amortización
Es ideal exigir la posibilidad de amortizar anticipadamente la deuda sin coste y evitar la comisión de cancelación parcial o total. Esto permite modificar el plazo o la cuota según el interés del cliente, una opción que además de básica es un derecho. La normativa establece que la comisión máxima por amortización es de 1%, pero la liberación de coste total es posible, habitual y un punto en el que hemos de insistir durante las negociaciones.
Seguro de vida
El seguro de vida es un tópico delicado a la hora de solicitar una hipoteca porque al incluirse en el préstamo generalmente resulta costoso y encarece enormemente la TAE (Tasa Anual Equivalente). En caso de ser indispensable, es mejor contratar un seguro por otra vía que sea mucho más barato y si se poseen otras pólizas de vida —privadas o de trabajo—, es posible acceder a un seguro mucho más asequible.
Interés
El escenario actual de tipos bajos hace del interés variable la opción ideal, puesto que los préstamos fijos se están comercializando a intereses muy altos. Una buena oferta del mercado con tipo variable es el de Euribor +1% que concluiría en un tipo inicial del 3,004%, a diferencia del tipo fijo que ronda el 5 o 6%.
Diferencial
Lo normal hasta hace unos años consistía en diferenciales entre 0,20 y 0,30%, pero el promedio actual está entre 2 y casi 4%. Eso explica por qué un diferencial inferior a 1% actualmente representa una opción factible. Este punto es totalmente negociable, pero debe tenerse muy en cuenta debido a lo largo del plazo del préstamo, período en el que los tipos acaban por subir.
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